
En un mundo donde el «estar ocupado» se ha convertido en una insignia de honor, la idea de tomar un descanso a menudo se subestima. Pero, ¿sabías que esos pequeños momentos de desconexión pueden ser claves para mejorar tu productividad y bienestar? Los «breaks» no son solo una pausa para tomar un café o revisar el móvil; son oportunidades valiosas para reconectar contigo mismo, revitalizar tu mente y, sorprendentemente, hacer que el tiempo en el trabajo sea más efectivo.
En mi experiencia laboral, ha habido momentos donde tenía que decirle a mis compañeros de trabajo «hoy almuerzo solo, porque necesito mi hora de poder», refiriéndome a ese espacio conmigo mismo. Sé que es importante el generar conexión con las personas de tu centro de labores, eso influye en el buen ambiente laboral, pero también es importante esos momentos de introspección.
¿Por qué necesitas un break contigo mismo?
1. Recargar energías mentales: El cerebro no está diseñado para trabajar sin parar. Como cualquier músculo, necesita descansar para funcionar al máximo de su capacidad. Tomar un momento contigo mismo, lejos del ruido y las responsabilidades laborales, te ayuda a reducir la fatiga mental, lo que a su vez mejora tu capacidad para resolver problemas y tomar decisiones. Almuerza y sal un rato a caminar, mira los árboles y siente un rato el aire en tu piel.
2. Fomentar la creatividad: Las mejores ideas suelen surgir cuando no estás pensando activamente en ellas. Desconectarte de la tarea inmediata te permite ver las cosas desde una nueva perspectiva, permitiendo que la creatividad fluya de manera natural.
3. Reducir el estrés: El ritmo y rutina del trabajo puede aumentar los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Tomar unos minutos para respirar profundamente, dar un paseo o simplemente cerrar los ojos puede ayudar a calmar la mente, reducir la ansiedad y mejorar tu estado de ánimo general.
4. Mejorar la concentración: Pausas regulares y bien estructuradas te permiten mantener un enfoque más constante durante el día. Al darle a tu cerebro descansos periódicos, evitarás la «fatiga de enfoque», mejorando tu atención y eficiencia en las tareas más desafiantes.
¿Cómo aprovechar esos minutos de desconexión?
- Mindfulness: Dedica unos minutos a practicar mindfulness. La atención plena te ayudará a conectar con el presente y despejar la mente.
- Movimiento: Levántate de tu escritorio, estira las piernas o sal a dar una pequeña caminata. El movimiento físico estimula la circulación y mejora tu energía. Las conversaciones con tus amigos sobre las noticias de espectáculos, deportes o temas de la misma oficina pueden esperar.
- Desconexión digital: Evita las redes sociales durante este tiempo. En lugar de eso, lee un libro, escucha música relajante o simplemente disfruta del silencio.
- Respiración consciente: Realizar ejercicios de respiración profunda puede hacer maravillas para calmar el sistema nervioso y revitalizarte.
La clave está en la calidad, no en la cantidad

No se trata de tomar descansos largos, y si lo haces todos los días depende de ti. Quince minutos diarios pueden marcar la diferencia si los utilizas para reconectar contigo. En lugar de ver el tiempo de pausa como un lujo, considéralo una inversión en tu bienestar y productividad a largo plazo.
En líneas generales, los breaks en el trabajo no solo son necesarios, son esenciales. Desconectar para reconectar con uno mismo es una forma de cuidar tu salud mental, aumentar tu creatividad y, en última instancia, mejorar tu rendimiento. Así que la próxima vez que sientas la necesidad de seguir trabajando sin parar, recuerda: un pequeño descanso podría ser justo lo que necesitas para volver con más energía y enfoque
¡Recuerda sé luz, tu mejor versión!
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